domingo, 3 de junio de 2012

Porfiriato



Se conoce como régimen porfirista la etapa de la historia de México comprendida entre 1876-1911. Durante esos años gobernó Porfirio Díaz, a excepción del breve periodo (1880-1884) en que fue presidente Manuel González.
Esos años marcaron la consolidación del país como una nación articulada a la cual la derrota de Maximiliano le había servido para reafirmar su identidad nacional. Además, el acelerado desarrollo de los ferrocarriles contribuyo a vincular los mercados locales las economías regionales separadas por grandes distancias y obstáculos geográficos, hasta entonces insalvable.
Porfirio Díaz supo captar las necesidades de la burguesía en ascenso. Su triunfo inicial y su prolongada dictadura se explican por el deseo ferviente de estabilidad política y de paz social después de más de medio siglo de convulsiones internas, golpes de estado, invasiones extranjeras y luchas civiles prolongadas. Un gobierno fuerte, que diera garantías a la propiedad, impulsar el desarrollo económico, pusiera orden y diera paz para los negocios, era una exigencia generalizada de las clases poseedoras nacionales y de los inversionistas extranjeros ya que veían en el permanente estado de agitación política un peligro para sus intereses.






Durante el porfiriato, el sistema capitalista se desarrollo con rapidez y estimulo el crecimiento de la economía del país. A ello contribuyeron tres factores: la estabilidad política impuesta por el régimen, la avalancha de inversiones extranjera y la integración de la economía nacional y su vinculación a los mercados exteriores, gracias al desarrollo de las comunicaciones especialmente de los ferrocarriles sin embargo, esta transformación capitalista se hizo desde arriba, siguiendo la vía mas reaccionable la cual conserva el poder por parte de los terratenientes feudales que se transforman paulatinamente en capitalistas, la lenta y dolorosa transformación de las formas feudales de producción en formas capitalistas la conservación de la gran propiedad latifundista, la negación de cambios democráticos en el régimen político, la existencia de gobiernos autoritarios expresan la alianza entre terratenientes y la burguesía, y la represión a las masas.

La etapa del capitalismo que inaugura el porfiriato puede ubicarse en los marcos de una transformación lenta de los terratenientes feudales en capitalistas y una apertura indiscriminada al capital extranjero. No se trata de una vida democrática de cambios capitalistas sino de una vía autoritaria y desde arriba. “el estado porfiriano promovía el desarrollo del capitalismo, pero lo hacia por una vía acorde con los intereses conservadores de los terratenientes aburguesados, los grandes comerciantes y los monopolios extranjeros”.

  
México conoció la estabilidad política, líquido buena parte de las trabas feudales heredadas de la colonia y conoció el triunfo de la burguesía liberal en el último tercio del siglo XIX, cuando los países capitalistas entraban en una etapa superior de su evolución.

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